El impacto del Tsunami en Japón

El terremoto y tsunami de Japón de 2011, denominado oficialmente por la Agencia Meteorológica de Japón como el terremoto de la costa del Pacífico en la región de Tōhoku de 2011 o Gran terremoto de Japón oriental del 11 de marzo, fue un terremoto de magnitud 9,0 MW16 (escala sismológica de magnitud de momento) que creó olas de maremoto de hasta 40,5 metros. El epicentro del terremoto se ubicó en el mar, frente a la costa de Honshu, 130 km al este de Sendai, en la prefectura de Miyagi, Japón, a una profundidad de 32 kilómetros.

El USGS (United States Geological Survey) explicó que el terremoto ocurrió a causa de un desplazamiento en proximidades de la zona de la interfase entre placas de subducción entre la placa del Pacífico y la placa de Ojotsk.
Es el terremoto más potente sufrido en Japón hasta la fecha así como el cuarto más potente del mundo de todos los terremotos medidos hasta la fecha.
Este terremoto generó la energía suficiente como para mover una enorme cantidad de agua a una gran velocidad creando olas de hasta 9 metros que arrasaron las costas de Japón dejando miles de muertos.
A causa de este terremoto tres centrales nucleares fueron afectadas:

Central nuclear de Tōkai
El día 13 de marzo la central nuclear de Tōkai, situada en la prefectura de Ibaraki, tuvo un incidente debido al terremoto y uno de sus dos sistemas de refrigeración dejó de funcionar con normalidad. La operadora de la planta, Japan Atomic Power, indicó que este segundo sistema sería suficiente para mantener la central sin problemas.

Central nuclear de Onagawa
Se informó de un incendio en el edificio de turbinas de la central nuclear de Onagawa que está en un edificio separado al reactor nuclear, el fuego fue rápidamente controlado y la planta fue apagada por precaución.

Central nuclear de Fukushima I y II


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Se declaró el estado de emergencia en la central nuclear de Fukushima 1 de la empresa Tokyo Electric Power (TEPCO) a causa de la falla de los sistemas de refrigeración de uno de los reactores, en un principio se habían evacuado a los 3000 pobladores en un radio de 3 km del reactor. Durante la mañana del día 12 se aumentó a 10 km, afectando a unas 45 000 personas,​ pero al producirse una explosión en la central, las autoridades decidieron aumentar el radio a 20 km. ​El reactor es refrigerado mediante la circulación de agua a través de su combustible nuclear, se ha detectado una alta presión de vapor en el reactor alrededor de 2 veces lo permitido. La empresa Tokyo Electric Power evalúa liberar parte de este vapor para reducir la presión en el reactor, este vapor puede contener material radioactivo. Los niveles de radiación en el cuarto de control de la planta se han informado de ser 1000 veces por encima de los niveles normales, y en la puerta de la planta se encontraron niveles 8 veces superiores a los normales​ existiendo la posibilidad de una fusión del núcleo. Esto implicaría que el núcleo, que contiene material radioactivo, se derrita a grandes temperaturas (1000 Celsius), corriendo el riesgo de que la protección se destruya produciendo un escape radioactivo.​
En la tarde del día 12 se produjo una explosión en la central que derribó parte del edificio, y el radio de prevención se aumentó a 20 km, después de la explosión las autoridades confirman que los niveles de radiación han disminuido.​ Las autoridades avisaron de una posible segunda explosión e informaron que estaban investigando la fusión no controlada en el interior de dos reactores. Posteriormente las autoridades dan una categoría de 4 en una escala de 7 en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares evacuando a más de 45 000 personas y comenzando a distribuir yodo, elemento eficaz en contra el cáncer de tiroides derivado de la peligrosa Radiación nuclear. Se ha calificado este incidente como el más grave desde el accidente de Chernóbil.​ El lunes 11 de abril, el gobierno japonés elevó el nivel INES de 5 a 7, el mismo que tuvo el accidente de Chernóbil, y el más alto que existe.

Diferencias con el incidente de Chernóbil



Explosión
El 26 de abril de 1986 se decretó el nivel de alerta 7 tras la explosión del reactor número 4 de la central de Chernóbil, en Ucrania (que entonces pertenecía a la URSS). Esta es la principal diferencia entre el accidente de Chernóbil y el de Fukushima. En Japón no se ha dado el caso de una explosión de ese calibre en el núcleo de un reactor nuclear.

Causa
Fue el propio equipo que operaba en la central ucraniana el que causó (de manera no intencionada) el desastre, mientras que en Japón, un fuerte terremoto de 9 de magnitud en la escala Richter dejó sin suministro eléctrico a Fukushima y el posterior tsunami dañó los generadores diesel que suministran energía eléctrica a la central cuando esta deja de recibirla del exterior. Esto desencadenó en una serie de explosiones de hidrógeno que afectaron a la estructura exterior de los reactores. En Chernóbil la explosión del reactor se produjo cuando estaba en pleno funcionamiento, mientras que en Fukushima las unidades 1, 2 y 3 se detuvieron inmediatamente después del terremoto.

Radiación
Según el portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón, Hidehiko Nishiyama, nadie ha muerto por exponerse a las radiaciones que emanan de Fukushima, mientras que en Chernóbil perecieron unas 30 personas por exposición directa. Según Nishiyama, las emisiones de yodo 131 desde el inicio de la crisis superan los 10.000 terabecquerel  (unidad que mide la actividad radiactiva), un 10% de los cientos de miles de terabecquerel que se emitieron en Chernóbil. La radiación, pese a ser alta, dice Nishiyama, permite que los operarios trabajen para enfriar y estabilizar los reactores.

Evacuación
Las autoridades soviéticas comenzaron a evacuar la población de las cercanías de la central de Chernóbil 36 horas después del accidente. Un mes más tarde, todos los habitantes que habían vivido en un radio de 30 kilómetros de la central habían sido desplazados. Sin embargo, la radiación afectó a una zona mucho mayor que el área evacuada. En Japón, el radio de evacuación aumentó, al día siguiente del accidente, de 10 a 20 kilómetros, y las autoridades niponas llevaron a cabo un plan de emergencia (algo que no se hizo en Chernóbil) para intentar prevenir, en mayor medida, la exposición de la población a los materiales radiactivos.

Reacción de los ciudadanos japoneses
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Las protestas
Gran parte de la población japonesa se enfadó frente a las consecuencias que generó este incidente y por lo tanto decidió mostrar su fastidio, tanto en las calles (en formas de masivas protestas) como en las redes sociales, por ejemplo este se puede ver en las reseñas de la central de Fukushima en Google Maps, las cuales están repletas de usuarios japoneses demostrando su fastidio con la central. En cuanto a las protestas,  el pueblo japonés salió a la calle el 20 de septiembre (del mismo año del incidente) a manifestarse en contra frente al gobierno. En esta manifestación la policía estimó que hubo más de 20.000 personas y según los organizadores hubo más de 50.000. Otra forma de ver el descontento del pueblo japonés fueron las encuestas, según una encuesta realizada por Associated Press realizada entre el 29 de julio y el 10 de agosto de 2011 mostró que el 55% de los japoneses quiere reducir el número de reactores nucleares mientras que el 25% quiere que siga igual, antes de la catástrofe sólo el 28 quería que se disminuyera el número de reactores nucleares.
La otra cara de Japón

Por otro lado, los otros habitantes afectados por el accidente se los vio tranquilos, esperando pacientemente y en fila, escasas provisiones. Estas mismas filas fueron organizadas por los ciudadanos y no son dirigidas por nadie. Aun así, ellos respetan su lugar en la fila sin quejas. A su vez, los compradores estaban limitados a comprar un máximo de 10 productos y no había quejas.
También hay agencias voluntarias o grupos improvisados por la comunidad que organizaron refugios y centros de distribución de comida. En un hotel sirvieron platos de sopa para los afectados en el desayuno y cada afectado respetaba la cantidad de comida o bebida que se les podía dar.

Actualidad
En marzo de 2016 TEPCO (Tokyo Electric Power) puso en marcha un sistema de tuberías subterráneas para congelar el subsuelo de la central de Fukushima y crear una barrera física alrededor de las unidades dañadas por el accidente. El objetivo es reducir el volumen del agua radiactiva que se acumula en los sótanos de las unidades nucleares, donde se filtra después por efecto del rebosamiento al océano Pacífico. Esto reducirá la filtración del agua desde las 200 toneladas a 50 toneladas. La empresa declaró: “Nos gustaría eliminar el agua contaminada en 2020”.

Consecuencias
En octubre del 2017 se detectó, bajo unas playas situadas a unos 100 kilómetros de distancia de Fukushima, un nivel de radiación muy alto. Esto se debía a una filtración de agua contaminada, que se había detectado en el 2013 por la empresa TEPCO, desde la central hacia el exterior. Esta filtración acabaría concentrándose, en vez de disolverse como el gobierno había pensado inicialmente, y por medio de de las corrientes llegó a esta playa. Por esta misma razón es que en el agua marina que lidia con la central de Fukushima tiene niveles muy bajos de radiación, las corrientes marinas llevaron la radiación a otros puntos.

Relaciones exteriores
En la actualidad las Naciones Unidas le está reclamando al gobierno japonés que proteja a las personas las cuales no están enteradas de los riesgos de estar en las cercanías de la central de Fukushima, el cual sería el caso de los indigentes los cuales no están al tanto de las zonas afectadas ni de los peligros. Además las Naciones Unidas está preocupada por la seguridad de los trabajadores encargados de la limpieza de las zonas afectadas ya que reporta que contratistas a gran escala podrían estar usando subcontratistas inexpertos para reclutar a los trabajadores, lo que podría generar un campo hostil para estos, forzandolos a trabajar más del tiempo límite y sin brindarles el equipamiento adecuado.
En el año 2017, se realizó una entrevista a Mitsuhiko Tanaka, un ex-ingeniero nuclear de Babcock-Hitachi, que acusa a Abe y a otros altos cargos del Gobierno de haber minimizado la ardua tarea de desmantelamiento con el propósito de que el público apoye sus planes de volver a poner en funcionamiento los reactores nucleares en todo el país.
“Abe dijo que Fukushima estaba bajo control cuando fue al extranjero a promocionar la candidatura de los Juegos Olímpicos, pero nunca ha hecho una afirmación parecida en Japón”, indica Tanaka. “En Japón todos podemos constatar que la situación no está bajo control”.

Juegos olímpicos de Tokio 2020
C:\Users\Frizzo\Desktop\Sc\6\jj\tp tsunami\juegos olimpicos.jpgDebido a la fuerte actividad sísmica que el gobierno pronostica para las próximas 3 décadas, varias figuras de los juegos olímpicos manifestaron su temor de ir a competir a Japón en los juegos olímpicos de 2020, este miedo a crecido después del sismo de magnitud 6,6 que ocurrió el pasado jueves 6 de septiembre en la isla de Hokkaido. El gobierno japonés respondió con el objetivo de tranquilizar a los turistas y atletas que acudirán a los juegos olímpicos diciendo que Tokio es “una de las ciudades mejor preparadas del mundo para hacer frente a un desastre natural” y que si bien Japón es vulnerable a los terremotos debido a su ubicación, tiene las normas de construcción más estrictas del mundo. Además Manabu Takahashi, especialista en catástrofes naturales de la Universidad de Tokio, informó que el ayuntamiento de Tokio está terminando de redactar un manual en diferentes lenguas para explicar a los visitantes de los Juegos cómo actuar en caso de catástrofe natural.

Conclusión
El terremoto y tsunami de Japón de 2011 fue un golpe muy fuerte para la población japonesa, la cual, hasta ese momento, no estaba involucrada en la discusión sobre el uso de reactores nucleares y a partir de este incidente se unió a la discusión y empezó a mostrarle al gobierno su opinión. El gobierno recibió críticas de como se había manejado la situación, tanto de los medios locales como de los medios extranjeros, luego con el comienzo de los preparativos para los juegos olímpicos 2020, se empezó a agilizar las medidas de recuperación de las zonas afectadas por la radiación para que los turistas que lleguen a los juegos olímpicos se encuentren a salvo de la radiación y además diluir cualquier duda o preocupación en los posibles turistas.

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